La estructura de la piel de un bebé es básicamente la misma que la de un adulto. Sin embargo, la piel del bebé aún no está terminada. Esto hace que la piel del bebé sea más vulnerable. La epidermis, la capa más superficial de la piel, es mucho más fina que la piel de los adultos. La capa córnea aún no es lo bastante gruesa y las células cutáneas están menos densamente empaquetadas. Como resultado, la piel está todavía «abierta», por así decirlo. Sobre la capa córnea se encuentra la grasa natural de la piel: los lípidos. La piel de los bebés produce menos grasa que la de los adultos. Cuando esta capa se vuelve demasiado fina, la piel puede empezar a resecarse. Esta capa de grasa se rompe de forma imperceptible, por ejemplo, con el agua o el uso de determinados productos jabonosos.
Además, el manto ácido protector natural del bebé aún no está completamente desarrollado. Este manto ácido tiene una acidez de 5,5 pH. Es importante utilizar productos que se ajusten al valor pH del manto ácido. De este modo, el manto ácido no se descompone, sino que se protege adicionalmente. Todos los productos de Inoli Skin Care tienen un pH neutro para la piel. La formación del manto ácido requiere al menos 6 meses.
Desarrollo de la piel del bebé
La piel del bebé no está completamente desarrollada hasta los cuatro años. Hasta entonces, las mamás y los papás deben tener en cuenta que la piel es mucho más fina, la capa protectora aún está poco desarrollada y la epidermis aún no está completamente cerrada. Además, la piel del bebé no produce mucha grasa, por lo que existe la posibilidad de que se reseque.
Irritaciones del exterior
Inoli Skin Care está especialmente diseñado para cualquier persona con piel frágil, sensible y/o seca. Esto incluye sin duda a los más pequeños de nuestra población. Los bebés tienen una piel enormemente vulnerable. Después de nacer, tienen una fina «capa» que les protege. Al cabo de unos días, ésta desaparece y ¡los papás y mamás tendrán que echarles una mano!